El sueño de formar una familia se puede resistir tanto por factores femeninos como masculinos. En el caso del varón, desde FIV Ochoa explican que es importante realizar un estudio completo más allá del seminograma de manera que además de saber si estamos ante una muestra normal o patológica, se puedan detectar problemas que compliquen la consecución de un embarazo.
Según explica la embrióloga de FIV Ochoa, María José Figueroa, “hoy tenemos al alcance de nuestra mano estudios que nos permiten saber cómo es genéticamente la muestra”.
De este modo se puede realizar un estudio de fragmentación de ADN en espermatozoides para conocer la capacidad no solo de fecundar el óvulo, si no también de dar lugar a embriones con buena capacidad de implantar y tener un desarrollo normal, al tiempo que se puede realizar un estudio cromosómico del esperma.
Fragmentación del ADN
El estudio de fragmentación del ADN en muestras de semen se recomienda en hombres con algún trastorno andrológico como puede ser la presencia de varicocele, inflamación de tracto genital, edad avanzada (>45 años), leucocitospermia, fumadores, tras tratamiento de quimio o radioterapia y en parejas con abortos de repetición o con fallos previos de fecundación in vitro.
Una vez detectada esa posible fragmentación, existen varios métodos que pueden ayudar a conseguir el embarazo.
FISH
Otra opción para abordar problemas en el esperma pasa por el FISH de Espermatozoides, una técnica que permite evaluar la composición genética del gameto masculino.
Las anomalías en el esperma están relacionadas no solo con un mayor riesgo de aborto sino también con mayor riesgo de alteración genética en el recién nacido.
Según explica la embrióloga de FIV Ochoa, el FISH está indicado en varones con una mala calidad espermática, en parejas con 2 ó más abortos, con fallos de embarazo tras FIV o en ciclos de FIV con embriones con mala calidad embrionaria.
Parejas donde el varón presenta un FISH anormal pueden tener hasta un 70% de embriones con alteraciones cromosómicas tras un ICSI. En estos casos, explica la embrióloga de FIV Ochoa, se recomienda realizar un Diagnóstico genético preimplantacional (DGP) para identificar estos embriones genéticamente anormales.
Al margen de los estudios genéticos, en el caso de que el problema sea una ausencia de espermatozoides (azospermia), la opción pasaría por la realización de una biopsia testicular, técnica a la que también se puede recurrir cuando aún habiendo espermatozoides no presentan características adecuadas.
Se trata de un procedimiento quirúrgico ambulatorio para obtener espermatozoides directamente del testículo. Estos espermatozoides se podrán utilizar en un tratamiento de FIV-ICSI.
Cuando se extraen los espermatozoides, estos pueden ser utilizados directamente en un ciclo de FIV-ICSI o crioconservados para su posterior utilización. El total de la muestra obtenida se congela repartida en varias dosis. Una vez se tenga certeza de la existencia de espermatozoides y se congele una muestra, la estimulación ovárica de la mujer podrá empezar.
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